miércoles, octubre 15, 2008

Querer o tener que

En el baloncesto hay una gran diferencia entre "querer" y "tener que". En la jornada ACB de la semana pasada tuvimos un gran ejemplo de esto en el partido Barça-Pamesa.

Mucho se ha escrito sobre las bondades del Pamesa de empezar jugando con tres hombres grandes, para cambiar durante momentos determinados del partido a jugar con tres o incluso cuatro jugadores pequeños.

Si tu equipo te permite cambiar a voluntad esta configuración tienes algo ganado en el aspecto táctico. Pasar a jugar con tres pequeños permitirá adelantar la defensa, ser más agresivo atrás, salir más rápido al contraataque, abrir el campo en ataque estático, etc. Si esto lo hacemos por algunos de estos motivos, perfecto. Para mí esto es "querer".

El problema es cuando parece "querer" pero en realidad es "tener que", que denota obligación y no deseo. Cuando Claver no está bien o tiene faltas, los recursos tácticos se reducen a jugar con tres pequeños. Es cierto que el resto de exteriores es magnífico, con lo que las combinaciones son múltiples, pero sigue siendo jugar con tres pequeños.

En el Pamesa de este año hemos de diferenciar cuando el entrenador hace algo porque quiere, o lo hace porque no tiene más remedio, le salga bien o le salga mal.

ACB 2008-09

Desde mi punto de vista en una competición como la ACB hay tres aspectos, a la hora de valorar a un equipo, que son claves.

Cualquier equipo que quiera estar arriba, deberá cumplir tres máximas. En primer lugar el equipo debe tener jugadores polivalentes, esto es, en el baloncesto moderno un jugador no puede ser solo el tirador o el que rebotea: debe ser capaz de hacer más cosas. Un exterior debería ser capaz de jugar de dos, de tres y si me apuras y en algunos casos, incluso ser capaz de subir el balón y mandar en el campo.

La segunda clave es disponer de dos jugadores por puesto. No vale con tener un solo tres en el equipo, por muy bueno que éste sea (por nombrar una de las posiciones donde más carencia de jugadores valiosos hay).

En último lugar y, no por ello menos importante (de hecho para mí es probablemente el aspecto más relevante), es que hay que tener un jugador interior que marque diferencias. Hay un dicho americano que dice algo así como: "un buen jugador gana partidos, un buen pivot gana campeonatos". Totalmente de acuerdo.

Vistos estos tres aspectos me pregunto, nuestro Pamesa de esta temporada, ¿cumple con alguna de las tres?. Jugadores que se desenvuelvan en varias posiciones, es innegable que existen; de hecho es probablemente uno de los grandes equipos de la ACB que mejor cumple esta característica. Claver puede jugar de tres y de cuatro. Dikoudis no tiene problemas para jugar abierto. Avdalovic puede ser un dos o un uno. El genial y al mismo tiempo indomable Williams parece un base, pero no tiene problemas en jugar de dos. Y por decir alguna más, cualquier interior puede abrirse y ser una amenaza con el tiro a media distancia.

La segunda de las premisas ya no la cumple tanto. El puesto de tres es un problema (y ya histórico) para este Pamesa. Se ha dejado toda la responsabilidad a un chaval (pedazo de jugador, o al menos eso parece), para el que el año pasado no había sitio en el puesto de tres y que éste se le da la absoluta responsabilidad... un poco raro, ¿no?.

Y finalmente lo del pivot dominante, mejor ni nombrarlo. Parecía que con el fichaje de de Perovic veríamos a alguien que por fin se "pegara" con los grandes pivots de la liga. O mucho cambia esto, o de nuevo hemos vuelto a pifiar con el fichaje; no porque no sea buen jugador, que maneras apunta, sino porque de nuevo hemos vuelto a fichar más de lo que ya teníamos. Vamos a darle un voto de confianza, aunque yo lo que le daría es unos cuantos kilos de fuerza más.

Uno y medio de tres. ¿Suficiente para estar arriba?. Lo veremos pronto.

jueves, octubre 02, 2008

SuperCopa

Se hace raro ver los toros desde la barrera. Máxime cuando de refilón he visto pasar el trofeo de mejor entrenador de la temporada pasada, con un nombre que me sonaba bastante.

Para mi gusto, un principio de partido más parecido al fútbol americano que al baloncesto: muchas imprecisiones y sobre todo pases largos. En alguna ocasión parecía que las jugadoras iban a pasar del aro, para plantar el balón al otro lado de la línea de fondo.

Pasados los minutos de imprecisiones (en algunos momentos antes del descanso más de treinta balones perdidos entre los dos equipos), el ritmo puede con el fútbol. Los contínuos cambios del Ros, el apretar en defensa y la inteligencia de alguna jugadora ha sido suficiente.

A destacar sobretodo los momentos de baloncesto bonito, rápido y dando pases a una velocidad tremenda. Tres pases sin bote y canasta. Un pase largo y llegan tres jugadoras a la contra.

Bajo mi punto de vista un aspecto negativo importanta: demasiados unos contra unos fáciles en defensa. Hay que mejorar este aspecto porque en Europa "los leones" son más fieros.